“Amor. Una palabra breve. Fácil de deletrear, difícil de definir, sin la que es imposible vivir“.
El concepto “amor” es fácil de aplicar a muchos aspectos de la vida, pero ¿por qué la palabra “amor” suele aparecer últimamente en las campañas de imagen de marca? Por supuesto, el amor es nuestra experiencia más deseada, incluso cuando interactuamos con una marca. Y en el mundo súper conectado en el que vivimos, abarrotado de ruido y en el que existe una competencia feroz para ganarse el afecto de los clientes, cada vez es más complicado encontrar el amor.
Las marcas deberían aspirar a conectar emocionalmente con sus clientes, de un modo genuino y personal. Esta conexión debería además ser única, de modo que marque una diferencia respecto a los competidores. El amor crece entre marca y cliente no solo a base de dar respuesta a las necesidades del cliente en cuanto al producto o servicio, sino proporcionándole además un elemento emocional y experiencial capaz de establecer una conexión profunda y llena de significado.
¿Por qué es importante? El amor consigue establecer conexiones poderosas, genera lealtad y crea relaciones duraderas con los clientes. Por lo tanto, ¿qué tienes en cuenta a la hora de establecer conexiones que inciten a tus clientes a enamorarse de tu marca?
Cuando relacionas tu mensaje de marca con una estrategia, una intención y un objetivo, estás contando una historia. Mind & Sense, cuando pensamos en crear una experiencia impactante para nuestros clientes, tenemos en cuenta los siguientes rasgos de la personalidad:
• Apasionad@: ¿Transmites pasión sobre la visión, el producto y la experiencia que proporcionas a tus clientes?
• Enfocad@: ¿Lo que cuentas a tus clientes está centrado en una misión, un objetivo y un resultado concretos? ¿Tu enfoque es coherente?
• Intimidad: ¿Estás conectando íntimamente con tus clientes, a un nivel personal? En caso afirmativo, ¿cómo?
• Incondicional: ¿Todo lo que hace tu marca se centra en una experiencia que crea emoción y atrae clientes con alto nivel de fidelidad? Las emociones llegan al corazón y conducen a establecer relaciones incondicionales entre marca y cliente.
Une todos estos filtros y serás capaz de conectar a nivel emocional con tus clientes, además, de conseguir que tu marca evolucione hasta convertirse en una LOVE BRAND, marca querida.